Pasó el trade deadline (cierre del mercado de traspasos) y los Dallas Mavericks decidieron mantener el núcleo que crearon el pasado verano y que les ha llevado a estar actualmente en la sexta plaza de la Conferencia Oeste. Las mentes pensantes de los Mavs, lideradas por Mark Cuban y Donnie Nelson, quisieron dar una oportunidad al grupo actual para ver hasta dónde puede crecer esta temporada.
“Nos gusta este grupo y queremos darle una oportunidad de crecer juntos,” dijo Donnie Nelson a los medios. “Obviamente hemos hecho algunas llamadas para saber qué había fuera, pero con tres piezas del quinteto titular siendo nueva, añadiendo ochos caras nuevas, no es realmente el momento de hacer cambios, es el momento de dar a esta gente espacio para crecer juntos y ver de qué son capaces.”
A los Mavericks no les tiembla el pulso si tienen que hacer un traspaso para mejorar el equipo, y lo han demostrado en numerosas ocasiones. Pero en este caso, lo que ofrecía el mercado no fue suficiente como para que los Mavs estuvieran dispuestos a arriesgarse a romper la química de la que goza la plantilla actual.
“Siempre estamos en el mercado de adquirir talento, pero hay un tiempo y un lugar para todo y este grupo tiene una química única, especial,” explicó Nelson. “Tenemos veteranos, profundidad, las piezas tienen sentido, así que si hay una oportunidad de hacer algo al final de la plantilla o de conseguir a un especialista o algo así siempre somos cazadores, pero nada tenía demasiado sentido.”
Los Dallas Mavericks confían en que su crecimiento llegue desde el interior. El veterano equipo de Rick Carlisle seguro que habrá agradecido el descanso que ha tenido durante el All Star, después de ser la franquicia que más partidos había jugado antes del parón. En especial puede agradecerlo el líder en minutos disputados de lo que va de temporada, Wesley Matthews, cuya mejor versión tendría más impacto que cualquier movimiento de mercado que hubieran podido hacer los Mavs. Con piernas frescas para Matthews, el prometedor nivel que ha demostrado Chandler Parsons en el último mes y medio, y veteranos como Dirk Nowitzki y Deron Williams que saben cuidarse a lo largo de una temporada para llegar en su mejor momento al momento clave, los Dallas Mavericks afrontan la recta final de la campaña con el quinto puesto de la Conferencia Oeste en el punto de mira.
El calendario debería ayudar a unos Mavericks descansados a establecer una buena posición antes de entrar en las últimas semanas de la temporada regular. Después del partido en Orlando, los Mavs no volverán a jugar fuera de Dallas hasta el 6 de marzo, básicamente dos semanas en las que no tendrán que viajar, disputarán seis partidos en 15 días, con un solo back-to-back, y dispondrán, seguramente por primera vez en la temporada, de mucho tiempo aprovechable de verdad para entrenar en conjunto.
Si miramos al resto del calendario en global, los Mavs solo tienen tres back-to-backs restantes, el equipo con menor cantidad restante en la NBA, 12 de sus 27 rivales tienen un balance menor al 50 por ciento, y 15 de los encuentros será en casa, el tercer mejor dato entre equipos de Playoffs del Oeste. En cuanto a su balance contra equipos en el que podría ser necesario el desempate, los Mavs tienen un balance 2-1 contra Memphis con un partido restante, 1-0 contra Portland con dos partidos restantes, 1-1 contra Utah con un partido restante, y 1-2 contra Houston con un partido restante.
“Este grupo está haciendo cosas especiales, creemos que existe la oportunidad de subir puestos en la Conferencia Oeste,” dijo Donnie Nelson. “No creemos que la respuesta en este punto sea hacer un cambio, tenemos que darles una oportunidad de mantenerse juntos, porque ya hay muchas piezas nuevas. Ahora todos deben poner el máximo que tengan.”
Dentro de ese crecimiento interno que esperan los Dallas Mavericks en este último tercio de la temporada juegan un papel muy importante los jóvenes como Dwight Powell y Justin Anderson. Precisamente los más jóvenes fueron objeto de deseo de otras franquicias, según aseguró Nelson.
“Hemos recibido muchas llamadas por nuestros jugadores jóvenes, y por eso tiene que llevarse el crédito nuestros entrenadores de desarrollo,” dijo Donnie Nelson. “Tenemos a ocho jugadores por debajo de los 30 años, y es un recordatorio de que la gente alrededor de la liga valora cómo estamos trabajando desarrollando a nuestros jugadores, pero también queremos mantenerlos y seguir desarrollándolos.”
Uno de esos jóvenes que no para de crecer dentro y fuera de la pista es Justin Anderson. El rookie se encontraba en su mejor momento de la temporada justo antes del All Star, y esta semana nos ha dejado una lectura en primera persona titulada ‘Making My Way’ que debería ilusionar a todo fan de los Mavs que lo lea. En ese texto Anderson comparte sus experiencias como novato, su mentalidad trabajadora y su intento de ser una esponja para aprender de todo lo que tiene a su alrededor, incluido a alguien que estará en el Hall of Fame como Dirk Nowitzki.
“Estoy en mis primeros cuatro o cinco meses de lo que quiero que sea una larga carrera,” escribe Anderson. “A veces puede ser difícil tener un punto de vista amplio y estar dispuesto a pasar por todos los momentos duros para ver cómo va a ser la cosa al final. La gente puede decir que es fácil todo lo que quieran, pero es duro aceptar todo lo duro por lo que pasas sin obtener exactamente lo que quieres para que, dentro de unos años, estés en la posición en la que quieres estar. Si dejas de estar comprometido con eso dejas de centrarte, y te pones en posición para ser ordinario. Y yo no quiero ser ordinario.”
Los Dallas Mavericks tampoco quieren ser un equipo ordinario, y para ello cuentan con que cada uno de sus jugadores de un paso adelante en lo que resta de temporada.
Share and comment